Descubre tu personalidad financiera...



Hace tiempo, un amigo recibió una herencia familiar importante. Tan pronto la tuvo en su poder, compró un seguro total que tenía la característica de que él recibiría un pago mensual igual por 20 años y el restante al final de los mismos.

Inmediatamente le dije que era un tonto, que si me hubiera consultado, le hubiese propuesto muchas otras alternativas de inversión, que le hubieran permitido generar mejores rendimientos a lo largo de los años y por lo tanto, haberle sacado mucho mejor jugo a esa suma.

Sin embargo, mi amigo sonrió y me dijo: si hubiese hecho eso, probablemente me lo hubiera gastado en menos de cinco años.

Este comentario me abrió los ojos, y me puse a pensar que mi amigo tenía razón: el hombre era un comprador compulsivo y acostumbraba gastar todo lo que ganaba e incluso más: siempre andaba endeudado.

Este hecho me hizo recordar una máxima de las Finanzas Personales: si los consejos financieros no toman en cuenta la personalidad y estilo de vida de las personas a los cuales se los ofrecemos, se convierten en palabras que no sirven absolutamente para nada.

Por ello, queremos hablar de algunas de las personalidades financieras que hemos conocido, y algunos consejos financieros que le permitirán conectarse con la suya:

 
El consumista

Son personas desordenadas en su manejo financiero, personas que tienen como valores vivir en el momento, y divertirse sin pensar en lo que vendrá después, suelen huir a los riesgos y sus gastos están enfocados en cosas para sí mismos (imagen personal) y para su diversión; suelen ser amigueros y demostrar que no hay límites en muchas de sus acciones.

Muchos de ellos viven con problemas financieros estructurales: con sus tarjetas de crédito al tope y sin un peso ahorrado; suelen gastar más de lo que ganan y acabarse sus ingresos antes de lo que imaginan.

Para ellos, hace sentido establecer un plan de ahorro automático. Si en la empresa donde laboran cuentan con una caja de ahorro que opere mediante el sistema de descuento por nómina, el establecerlo es ideal.

También es importante para ellos establecer un sistema de cargo automático con miras hacia su retiro: esto puede hacerse mediante el esquema de ahorro voluntario en la administradora de fondos para el retiro.

 
El ordenado 

Las personas ordenadas tienden a gastar cuidadosamente sus recursos. Les gusta ahorrar, planear para el futuro y gastar de manera planeada. Son los típicos que siempre anotan todo lo que gastan, gustan de llevar un presupuesto, y fijan metas a seguir.

No buscan cosas nuevas. En materia de inversiones, suelen ser igualmente muy conservadores: no les gusta arriesgar su dinero con el fin de ganar más hacia el futuro.

Para ellos, funciona establecer presupuestos y metas financieras, y ahorrar para ellas. Sin embargo, deben hacer planes financieros más flexibles, que a la vez que satisfacen sus metas financieras principales de mediano y largo plazo, también que les ofrezcan satisfactores de más corto plazo, para que puedan disfrutar la vida de mejor manera.

 
El ilusionista

Los ilusionistas son personas que no piensan en el dinero, ni siquiera para gastarlo. Son personas que buscan satisfacer un sueño, una ilusión, y que por ello a veces dejan de poner los pies sobre la tierra. Suelen ser artistas, fotógrafos, pintores o bohemios, pero también son aquellos que constantemente cambian de empleo o incluso de profesión, usualmente se quejan de que no obtienen lo que merecen.

Son personas guiadas casi exclusivamente por sus emociones. Por ello, deben enfocarse al manejo de su dinero desde ese punto de vista. Por ejemplo, si quieren sentirse más en control de su vida, deben escribir sus emociones, y asociar a cada una de ellas un aspecto financiero.

A los ilusionistas les conviene enormemente vivir asesorados por un especialista financiero, con el cual puedan establecer una conexión especial que le permita conocer sus sueños y sus emociones.

 
El cobarde 

Los cobardes son personas a las que les da mucho miedo el dinero. Les da miedo tenerlo, porque se lo pueden gastar; les da miedo atesorarlo, por temor a que pierda su valor; les da miedo invertirlo por temor a perderlo. Son personas paralizadas en el aspecto financiero por su miedo.

Son las personas que típicamente nos están dando consejos catastrofistas: no inviertas en aquello porque es muy riesgoso; no compres un seguro porque no te lo van a pagar.

Para ellos, la mejor herramienta es el poder utilizar su miedo de una forma positiva. Usar su miedo para que piensen qué pasaría si llegan al retiro sin un centavo en el banco, o bien si pasa de verdad una catástrofe, como una enfermedad grave, u otro terremoto.

Quizás estos miedos sean más grandes para ellos que el miedo al dinero, y puedan “atreverse” a tomar decisiones financieras para controlarlos; los seguros suelen ser productos ideales para ellos, incluidos los de ahorro e inversión.
 

Se puede conseguir equilibrio 

Existen desde luego muchas otras personalidades financieras; ninguna de ellas es fácil manejar: todas tienen sus virtudes pero también sus problemas.

Lo mejor, como en todo, es buscar dentro de nosotros mismos un equilibrio. Pero si no lo hayamos, podemos seguir los consejos financieros que mejor se adapten a nuestra personalidad.

Si no conocemos nuestra personalidad financiera, nuestros sueños, nuestras metas y objetivos, difícilmente sabremos no sólo nuestro destino, sino cuál es el camino que debemos elegir para llegar a él. (*)


Según el escrito anterior, ahora sabemos que cada uno tenemos una personalidad financiera que controlar o qué explotar. Presta mucha atención a ésta información, será de tu interés.


 
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(*)Fuente: economiaprospera.com

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